sábado, 7 de diciembre de 2013

Abandonar tierras gallegas no es fácil, esa morriña que te invade cuando estas fuera de ella, ese sentimiento que te une a hablar con otros de tu Galicia con un brilliño en los ojos. Ya falta poco.
Pero desde luego que esta ciudad atrapa, algo hay en cada rincón de ella  que te enamora, que hace que sufras cierto síndrome de Stendhal, en el más suave sentido.
Aunque, sin duda, son dos las cosas que destaco de la lejanía con lo "mío" (aunque mío empieza a ser muy relativo), y es que, por una parte, veo que mi intuición no falló al pensar en las personas que siguen, que me siguen y a las que deseo seguir, personas con las que te une cierta cosilla que la distancia no hace que la rompa; por otra parte, me quedo con personas que ya quiero como a las que más, que se han convertido en mi familia, nunca creía en esto, pero es cierto que cuando las circunstancias te impulsan a ello acabas formando una pequeña familia muy bonita, que te suaviza todo.

viernes, 4 de octubre de 2013

Granada es una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo. Las horas son allí más largas y sabrosas que en ninguna otra ciudad de España. Tiene crepúsculos complicados de luces constantemente inéditas que parece no terminarán nunca.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Dejo una puerta entreabierta, para dar paso a una nueva etapa.

lunes, 7 de enero de 2013

Despedidas.


Cuando tienes la esperanza de que las decisiones tomadas son por una vida mejor, te alegras que todo vaya adelante. Pero las despedidas, son despedidas, y nadie te enseña como aceptarlas. Volver a casa el fin de semana no va a ser lo mismo sin él, la casa se va a ver vacía sin su grandeza, sin esa cara de pillo que le caracteriza cuando dice una mentira o eses momentos de locura en los que gritamos y cantamos lo que sea. Se está alejando la persona a la que más abrazos sentidos le di en mi vida, pero se que no tendré una casa, sino un hogar en otra parte del mundo. Lo quiero mucho mucho, y no hace falta que le desee lo mejor porque se que luchará por ello.