sábado, 2 de mayo de 2009

¡Que importa que me engañes si luego me sonríes!

Y estaré allí donde ya nada vale nada
hasta que algún día una dulce gitanilla,
con mocos y pecas en la cara,
limpie con su manga grasienta
la suciedad que la sociedad pegó a mi alma;
y volveré a ser un juguete reluciente de amor y de alegría.

1 comentario:

yanine dijo...

muy bonitoo :)

a mi me saco una sonrisita


te mando un abrazo y un beso n__n
(y mira que no soy muy abrazadora)

libres de influenza :)
ahahaha